¿Fue un asesinato o un fusilamiento?
Alejandro Lara*
*Abogado y comerciante
Uno de los hechos históricos más controvertidos y que aún es motivo de discusiones y dudas, fue el fusilamiento del General Manuel Piar el día 16 de octubre de 1817, luego de ser sometido a Consejo de Guerra, hecho este inclusive más controvertido que el decreto de guerra a muerte dictado por el libertador durante la campaña admirable. Desde el mismo día del acontecimiento, los adversarios políticos de Simón Bolívar crean el rumor que el enjuiciamiento y posterior condena se debió a motivos raciales, envidia, temor a perder la dirección general de la guerra, por ende injustificado la muerte por fusilamiento etiquetando dicho acto como asesinato. Esos mismos detractores, obvian las acciones llevadas a cabo por Piar, la conformación del Consejo de Guerra, y el hecho de que nadie se plegó a las intenciones ya no sesgadas de crear un sisma y originar una guerra civil dentro de ya una guerra civil.
Esos mismos detractores ponen como ejemplo el hecho, que los Generales Bermúdez y Mariño así mismo desconocieron el mando del Libertador, pero que, como eran blancos y no pardos como Piar, no fueron sometidos a juicio.
Aquí vamos a señalar hechos que, inexorablemente conducen a demostrar que el mito de los motivos raciales es injustificado, al igual que el mayor arraigo en la totalidad de los ejércitos.
.
Antecedentes de Disidencia y Disidentes
Mariño
El 15 de junio de 1814, el General Mariño en búsqueda de gloria en el sitio de La Puerta, trata de opacar la figura del libertador, luego de esa exitosa campaña admirable, y haciendo caso omiso a las instrucciones para unir los ejércitos Orientales y occidentales enfrenta las temibles fuerzas de Boves sin esperar el auxilio de Bolívar. La temeridad, ocasiona el descalabro total del ejército patriota que venía mermado. Como consecuencia inmediata de esa derrota acontecen dos hechos funestos, el uno más trágico que el otro, el primero de ellos es que se sella el destino de la Segunda República, y el segundo la terrible y sangrienta Migración a Oriente.
Perdida toda esperanza, al llegar a Caracas con los restos del diezmado ejército republicano, Bolívar ordena la evacuación inmediata y se inicia la funesta migración a oriente históricamente conocida por la incuantificable pérdida de vidas patriotas incluidas mujeres, niños y ancianos. Esta huida intempestiva es perseguida muy de cerca y hostigada constantemente por Morales, conocido por su crueldad.
Al llegar a la población de Aragua de Barcelona, Bolívar ve la oportunidad de presentar batalla aprovechando el curso del río como barrera, Bermúdez en rebeldía se opone, negándose a utilizar el río como barrera solo por el hecho de ser éste quien lo propone, y decide encerrarse en el pueblo, usando las casas como trinchera, hecho este que hace se pierda valioso tiempo, y cuando por fin se aviene al plan de Bolívar, ya Morales había atravesado el río y como consecuencia se origina una carnicería donde las primeras víctimas son los civiles.
Luego de la derrota de Aragua de Barcelona, Bermúdez se dirige a Maturín, y Bolívar con Mariño a Cumana donde estaba anclada la pequeña escuadra Republicana al mando de Bianchi (mercenario), quien tenía bajo su custodia los dineros de los patriotas y las joyas de las iglesias de Caracas destinadas a comprar armas. Al llegar Bolívar a Cumaná, le es notificado que Bianchi se había llevado las joyas, de seguida toma con Mariño una nave y logra dar alcance en margarita y le convence de devolver los dos tercios del dinero y que con el otro se cobrara los servicios prestados a la causa. Con lo recuperado regresan a Cumaná, y al descender de la nave son recibidos y hechos prisioneros por Piar y Ribas acusándolos de haberse apropiado del dinero que fueron a recuperar.
Afortunadamente Bianchi se entera de la situación, sitia la ciudad explica los hechos y exige la libertad de ambos. No obstante la explicación, al liberarlos desconocen la autoridad del Libertador y es expulsado del país conjuntamente con Mariño, y se proclaman jefes de los ejércitos de Occidente y de Oriente. (2 ejércitos, 2 jefes).
Como se puede observar, las disidencias y el desconocimiento a la autoridad del libertador se gesta desde el inicio de la epopeya libertadora, intensificándose con ocasión al congresillo de Cariaco autoría de Mariño, hecho este que no voy a comentar a profundidad ya que no es el tema.
Bolivar y Bermúdez
Bermúdez era acérrimo enemigo de Bolívar, de ello tenemos evidencia en los siguientes hechos:
Haití y el inestimable auxilio de Pétion. Logrado por el libertador el auxilio del presidente de Haití, Alexander Pétion, y haber obtenido el auxilio de la flota del curazoleño Luis Brión para el traslado de la 1ra expedición de los cayos (31/3/1816), Bolívar da inicio a los preparativos de la expedición. En los Cayos se encontraban Santiago Mariño, Carlos Manuel Piar, Francisco Bermúdez, Leandro Palacios, Mariano Montilla, José Antonio Anzoátegui, Carlos Soublette y otros. No había terminado Bolívar de explicar sus planes, cuando comienza el desacuerdo en cuanto al mando de la expedición, ya que Bermúdez (era el por así decirlo el de la voz cantante) rechazaba de pleno la idea de su jefatura, y proponía un triunvirato, Bolívar no acepta, interviene Brión pone fin al debate diciendo que sus naves estarían al servicio de la expedición sólo si Bolívar la lideraba, pero a pesar de ello, persistía la desunión, Bolívar apela a Pétion quien lo impone y señala que quienes no aceptaran su liderazgo debían mantenerse en Haití. Bolívar designa como su segundo a Santiago Mariño e impide que Bermúdez embarque en ella. En este punto y fecha debemos entender que Bolívar solo quería la libertad de su patria, ya que más sombra podía tener Mariño y no obstante lo designa a ese cargo, y si a retaliación vamos, en esa misma expedición embarca a Piar, quien en 1814 desconoce su autoridad, lo hace preso y expulsa de Venezuela.
Al arribo de la expedición a Venezuela, le sigue Bermúdez en otro navío. Al llegar le escribe a Bolívar pidiendo permiso para sumarse a la lucha, Bolívar se lo niega, pero se une a Mariño. Evidentemente Mariño siempre estuvo detrás del desconocimiento a Bolívar. Bermúdez a pesar de ser un gran guerrero, no tenía el carisma requerido para ser un caudillo, adolecía de los requisitos para ejercer un liderazgo
Luego de la segunda expedición de los cayos, que sale de Haití el 21 de Diciembre y llega a Venezuela el 28 de Diciembre 1816, Bolívar inicia otra fase de luchas, no logra el auxilio de Mariño y luego de la pérdida de Ocumare de la Costa, Bolívar se embarca para la población de Güiria en el Estado Sucre, al descender Bermúdez y Mariño desconocen su autoridad, y en actitud agresiva lo hacen retroceder hasta el embarcadero, lo que casi origina un duelo entre Bolívar y Bermúdez, el cual se evita gracias a la intervención de Mariño.
Bermúdez reconoce a Bolívar como jefe de los ejércitos
Como se podrá evidenciar Bermúdez era enemigo de Bolívar y por ende desconocía la autoridad suprema del caraqueño.
El suceso que cambió la relación entre estos dos próceres, sucede de forma fortuita a inicios de 1817. A principios de 1817, con la segunda expedición de los Cayos, Bolívar y Arismendi vienen derrotados del centro, se encuentran disminuidos y se atrincheran en las ruinas de la denominada Casa Fuerte de Barcelona esperando muerte segura (Febrero 7 al 12. 1817) Los realistas que los superaban en todos los aspectos se acercan a la ciudad, en estas circunstancias y a pesar de que su autoridad había sido desconocida por Mariño y Bermúdez, Bolívar comisiona a Soublette, para que se dirija a los cuarteles de los disidentes ubicado en las sabanas de Catuaro vía Cariaco (Edo Sucre) en busca de auxilio. Soublette se entrevista con Mariño, expone lo urgente de la necesidad del auxilio, este gallardamente y a pesar de las diferencias accede, Bermúdez con carácter más irracional y vengativo que Mariño se niega, pero éste le convence diciéndole, no es solo a Bolívar, sino a los demás compañeros de armas que con él se encuentran, y en todo caso sabía que la caída de Barcelona dejaba puerta franca a los españoles para marchar contra él. Bermúdez sale en marcha a auxiliar no al libertador, sino a sus camaradas de armas, con la fortuna que entrando él a Barcelona, llegaban las topas realistas bajo el mando del Brigadier Pacual Del Real a quien derrota. Bolívar que se dirigía a encontrar las tropas patriotas, en las cercanías del puente divisa a Bermúdez aligera el paso, y con esa elocuencia propia de él, con los brazos abiertos dice, “Vengo a abrazar al libertador del libertador” Ese encuentro cambió para siempre la posición de Bermúdez.
Piar
Piar no escapa de las intrigas contra el Libertador, y el ánimo de deponerlo a cualquier medio de la jefatura de los ejércitos libertadores. Con anterioridad ya vimos que Piar conjuntamente con Ribas expulsaron a Bolívar y a Mariño de Guiria, asumiendo ellos las jefaturas de los ejércitos de Occidente y de Oriente. (Hecho acaecido durante la migración a Oriente con la pérdida de la 2da república en el año de 1814).
No obstante lo anterior, Bolívar depone cualquier resquemor o recelo aún a sabiendas del odio que por el sentía Piar desde el encarcelamiento de Miranda, embarca a Piar en la primera expedición de los Cayos (Marzo de 1816), en ese grupo viene Mariño, los desembarca, le da gran cantidad de parque e instrucciones de levantar un ejército en Guiria y Maturín, estos al verse dueños del parque deciden no regresar a Carúpano y adelantan por su cuenta y riesgo diversas campañas.
Piar luego de su gloriosa campaña en oriente destinada a conquistar Guyana, entra en franca rebelión contra Bolívar.
Bolívar envía al General Arismendi a entrevistarse con los diferentes jefes militares para que este sondee el ánimo de ellos y este le comunica en enero de 1817 “…En la conferencia celebrada en sus campamentos, que pudo percibir de que los caudillos llaneros no desconocían abiertamente la autoridad de Bolívar pero se demostraban poco dispuestos a cooperar en cualquier empresa que…. Este no era el caso del General Piar quien seguro de su ventajosa Posición en Guayana y sabiendo las dificultades de Bolívar esperaba la hora de apoderarse del mando…
Decía Arismendi a Bolívar: “El General Piar me da mala espina. A este patriota le ha soplado mucho la fortuna, y quien sabe a dónde va a parar esto, porque él no piensa como nosotros.
Luego del auxilio prestado por Bermúdez a Bolívar en la Casa Fuerte de Barcelona, donde aquel derrota a las tropas del Brigadier español Real, Bolívar ordena a Mariño se dirija a Aragua de Barcelona (orden no obedecida) y a Bermúdez que tomara el parque y lo esperara en la población de Chaparral.
Entrevista de Piar y Bolívar en Guayana
Luego de los sucesos de la Casa Fuerte en Barcelona, Bolívar se dirige a Guayana a reunirse con Piar. El día 4 de Marzo de 1817, se reúne en privado con Piar. Ambos sabían que ningún acuerdo sincero surgiría ya que ambos perseguían el mismo objetivo, que era el mando supremo.
Por boca de Piar supo Bolívar que, después de conquistar las misiones del Caroní y de varios infructuosos intentos de tomar Angostura, Piar había dividido sus fuerzas en una extensa línea de operaciones, que iba desde Angostura hasta Guayana la Vieja. Bolívar observó que esta dispersión del ejército había impedido a Piar comprometer en acción decisiva, y así esa brillante campaña se inmovilizó.
Para el 24 de marzo se conoció que La Torre venía navegando con un gran contingente de tropas. Bolívar comprendió que, de llegar a destino, ello equilibraría la balanza a favor de los realistas y que, para la toma de ambas plazas, haría falta el parque del libertador y su escuadrilla, hecho comprendido por Piar.
Batalla de San Fèlix
Bolívar presenta a Piar un plan para concentrar tropas en un punto intermedio entre Angostura y Guayana la Vieja. Piar acepta el plan y, mientras Bolívar regresa a Chaparral en búsqueda del parque y tropas, Piar concentra las tropas en el sitio de San Félix.
El 11 de abril de 1817, La Torre llega al sitio con fuerte contingente de infantería, pero falto de caballería capaz de enfrentar a la caballería llanera. Allí los esperaba Piar al frente de la caballería de Cedeño, los indígenas del Caroní y las tropas regulares traídas al Orinoco luego del triunfo en la batalla de El Juncal. La Torre es derrotado, y Piar ordena que se lancen a todos los prisioneros que no se pasen a sus filas.
Luego de la batalla, y confiando en que luego de esa derrota los españoles no presentarían férrea resistencia, Piar sin espera al Libertador, se dirige a Guayana la Vieja primero, y a Angostura después, solo cosechando fracasos. El 30 de abril Bolívar cruza el río y se incorpora a las tropas de Cedeño y Piar asumiendo el mando como general en jefe.
Mariño no es sombra
Nota: Para ese entonces, luego del desprestigio sufrido tras las derrotas sufridas en Carúpano, Güiria y Cariaco, Mariño debe abandonar Cumaná, lo que dejó toda la costa oriental libre a los realistas. Las derrotas sufridas por Mariño trabajaron en beneficio de la unión, ya que desprestigiado como estaba, no era sombra para el Libertador.
Brión que había acompañado a Mariño, le pide disculpas al Libertador y, el 31 de mayo del 1817, se dirige con su escuadrilla al Orinoco para ayudar a cerrar el paso por el Orinoco e impedir el auxilio Angostura.
Muchos de los mejores oficiales de Mariño, encabezados por el Coronel Sucre, se dirigen a Guayana para ponerse bajo el mando de Bolívar.
No obstante y a pesar de ese huracán de buenas nuevas que intercedía a su favor Bolívar actúa con cautela. No descuida al verdadero peligro, que es Piar, quien luego de San Félix y la gloria que le trajo, dio rienda suelta sus ambiciones de liderar la gesta emancipadora, y no solo ello. Se inicia una soterrada guerra para determinar la capacidad de fuerza de cada quien.
Choque de trenes, estrategias y sublevación
Lamentablemente para él, Piar no tomó en consideración el descontento de su oficialidad por su autoritarismo, la cual desata luego de la Batalla de El Juncal, donde de forma insidosa obliga a Mac Gregor a renunciar al ejército, e inclusive manipula hasta sacar al General Monagas del mando para él asumirlo, tampoco toma en consideración la facultad innata del Libertador para ganarse la simpatía de la gente y despertar en ellos la emoción popular con sus ideas y elocuentes discursos.
Bolívar, en su condición de General en jefe, asesta el primer golpe al fraccionar en dos divisiones el ejército de Guayana, cuya jefatura tenía Piar. Una de esas divisiones la destina a actuar en Guayana la Vieja al mando del mismo Piar, y la otra la sitúa en Angostura al mando de Bermúdez.
No solo la pérdida del control del ejército afecta a Piar, también lo afecta la designación de su antiguo enemigo Bermúdez con rango igual al suyo. Al momento se presagiaba tormenta y Piar trata de defenestrar a Bolívar, pero inclusive la mayoría de los oficiales, encabezados por Cedeño se pusieron abiertamente al lado del libertador.
Piar se siente abandonado y, aunque fingió acatar la decisión del Libertador, dedicó arduamente sus esfuerzos a tratar de menoscabar la autoridad del libertador. Intentó lograr una revuelta de los indígenas del Caroní contra él, pero fracasó en el intento gracias a la lealtad de José Félix Blanco, aunado a la intensa vigilancia de Arismendi.
Fracasado en su intento de sublevación de los indígenas en Caroní, Piar decidió jugar su última carta tratando de provocar una revuelta entre los pardos, pero no ya en los campamentos sometidos a la vigilancia de Bolívar, sino en las regiones dominadas por Mariño, donde había tenido un gran prestigio, conocía a la gente influyente, y creía contar con la simpatía del negro Andrés Rojas, gobernador de la provincia de Maturín.
Solicitud de licencia
Con la finalidad de poner en marcha su plan, Piar decide enviar oficio al Libertador, comunicándole su decisión de renunciar al mando pidiéndole pasaporte para salir del país. Alega que su mejor contribución a la causa americana es retirarse para poner fin a las rencillas entre los jefes.
Bolívar comprende el ardid de Piar, que consistía en sustraerse de la vigilancia. Le pide se mantenga el frente de su división, pero Piar insiste y le es otorgada la licencia el 30 de Junio de 1817.
Libre ya de limitaciones, se dedica a recorrer territorios vecinos a Guayana La Vieja, afirmando que se le había destituido por Pardo. Juan Francisco Sánchez, como muchos otros, recibió incitaciones a la sublevación por parte de Piar quien le dijo que “como soy mulato según los mantuanos no debo gobernar la república, hay que levantar armas contra esos cuatro mantuanos que nos segregan con esa ambición de gobernarlo todo y de privarnos de nuestros derecho”.
Orden de arresto a Piar.
Enterado Bolívar de los actos de sedición, y confirmadas las sospechas sobre Piar, el 23 de julio de 1817, firma la orden de arresto de Piar y ordena a Bermúdez para que lo intime para que se presente al cuartel, o en su defecto lo lleve arrestado. Bermúdez se traslada a Guayana la Vieja y el mismo día de su llegada, Piar abandona el sitio y toma la vía a Maturín esperando las simpatías del negro rojas y lograr su ansiada revuelta general de pardos contra mantuanos. Sin embargo Rojas descubre sus verdaderos propósitos y se niega a secundarlo. Fracasado y a sabiendas que es perseguido, Piar abandona Maturín y se dirige a Cumaná en busca de Mariño, su última esperanza. Mariño lo acoge como valioso auxiliar, porque ambos querían defenestrar al Libertador. Cuando Mariño escucha la propuesta de Piar de que se ponga a la cabeza de los negros y pardos para derrocar a los mantuanos, y con ello una guerra civil dentro de otra, no se aviene a tan descabellada propuesta y, al contrario bien insiste en fortalecer el Congreso de Cariaco. Evidentemente con esa movida Piar sobre estimó su influencia, y subestimó el hecho de que Mariño no era el aliado para ello, ya que era blanco, y terrateniente.
Continúa la búsqueda de Piar. Por labores de inteligencia, el general Cedeño se dirige a Maturín. Allí el general Rojas y el teniente coronel Sánchez le informan que Piar se encontraba en la ciudad de Aragua de Maturín con 100 infantes. Allí se dirige Cedeño, héroe de San Felix, y combatido bajo sus órdenes. Cedeño informa al libertador: “El día 27 a las 4 de la mañana, entré a Aragua y sin detenerme en nada me dirigí a la casa donde se hallaba el general Piar. Nada de lo que le dije bastó para persuadirle de venir conmigo. Al contrario ordenó al comandante Carmona que mandaba al piquete de fusileros que se aprestase a batirse. Me dirijo a ellos y les hice ver que éramos hermanos, que defendíamos las mismas banderas y que, por consiguiente no tenían que hacer un tiro. Les pedí que confiasen en que yo solo iba a conciliar, a unir a los jefes, y que por esa razón trataba de llevar al General a Maturín. Por esas razones y que Carmona se puso a la cabeza persuadiéndolos de que no debían hacer armas en mi contra, los fusileros no hicieran movimiento alguno, a pesar de ello, Piar hizo algunas tentativas frente a la tropa, por lo que me fue preciso valerme de la fuerza y llevarlo como reo montado a caballo”.
Juicio
Llegado a Angostura, el libertador ordena al general Soublette abrir causa criminal contra Piar, por los delitos de insurrección a la autoridad suprema, conspiración contra el orden y tranquilidad pública, sedición y de deserción.
Integrantes del consejo de guerra
Las diligencias preparatorias del juicio se inician el 4 de octubre. El Libertador como autoridad suprema, elige a los miembros del Consejo De Guerra, dentro de los cuales se encuentra Brion, paisano y su más íntimo amigo quien sería el presidente. Los demás integrantes fueron José Antonio Anzoátegui, Pedro León Torres, José Ucrós, José María Carreño y José Conde. El fiscal es Soublette y como defensor, el teniente coronel Fernando Galindo. Presentados los testigos de los cargos por los cuales se le seguía juicio, se le pregunta a Piar si tiene razones o fundamentos para dudar de la imparcialidad de los mismos. Piar responde no tener motivos para pensar que le tuvieran aversión. Interrogados los testigos y careados con el reo, estos quedaron contestes en sus afirmaciones. El día 4 de octubre, luego de oír al fiscal y al defensor, se dicta sentencia a muerte por fusilamiento previa degradación de rango. El día 15 la sentencia pasó al libertador, quien de su puño y letra escribió “confirmada sin degradación” El día 16 es fusilado. Con este fusilamiento se pone fin a la anarquía dentro de las tropas patriotas lográndose la tan anhelada unidad.
Carta a Bermúdez
El mismo día del inicio del proceso contra Piar, Bolívar le envía dos cartas a Bermúdez; una pública y una privada. En esta última le dice: “Que volando se encargue del mando de la provincia de Cumaná, en donde acabará de conjurar los elementos de sedición y de guerra civil, obras como Ud. sabe, del general Piar.
Piar debió haberse sometido, sin seguir armando, cuando vio de bulto que ni el país ni el ejército seguían el crimen. Habría ameritado el perdón pacífico del gobierno, y le seguiría el general Mariño.
Ojala que si el consejo aplica la pena mayor, me abra camino claro para la conmutación, y que el ejército o los cuerpos más cercanos la pidan sin separarse de la disciplina. Entonces, la responsabilidad del perdón, si este fuera indiscreto, lo compartiríamos los que estamos levantando y sosteniendo el edificio de la República.
Lacroix
El 25 de mayo de 1828, Lacroix escribe que Bolívar comentaba en reunión con el comandante Wilson que la muerte de Piar había sido una necesidad política y salvó al país. Sin ella, se iba a iniciar una guerra civil, una guerra de castas.
“El general Mariño merecía la muerte como Piar por su defección, pero que su vida no representaba los mismos peligros. Por esos la política pudo ceder a los sentimientos de humanidad y aun de amistad con su antiguo compañero.
La ejecución del general Piar bastó para destruir la sedición. Fue un golpe de estado que desconcertó y aterró a todos los rebeldes. Desopinó a Mariño y su congreso de Cariaco. Puso a todos bajo mi obediencia y, aseguró mi autoridad”
Bibliografia:
Bolívar de Indalecio Liévano Aguirre. 1988, Academia Nacional De La Historia. Ediciones De La Presidencia De La República.
Simón Bolívar Año tras Año de Carlos Fagúndez y Carmen Marcano de Faúndez. 2006. Ediciones Monte Sacro.
El Libertador de Augusto Mijares. Academia Nacional De La Historia. Ediciones de La Presidencia De La República. 1987
Bolívar de Rufino Blanco Fombona. Ediciones La Gran Pulpería Del Libro. 1984