Palabras curiosas y dichos presidenciales

Carlos Ferrer*

*Mèdico y articulista

En ciertos partidos y sindicatos, los correligionarios o compañeros son conocidos como “camaradas”. También se conoce como “cámara” a cada uno de los cuerpos colegiados en los gobiernos, que se distinguen por tener senadores y diputados. En los tribunales de segunda o última instancia, existe la cámara de apelaciones. En el Concejo Municipal, el ayuntamiento también se define como cámara.

En Venezuela, los diputados de los partidos políticos, que representan a sus respectivos grupos en la Asamblea Nacional, son conocidos como “camaradas”. Esta palabra también se usa para identificar a las personas izquierdistas o militantes del Partido Comunista. Además, tiene otros significados, como “deposición” o “evacuación del vientre”. Este último significado es poco conocido y, por cierto, risible.

En algunas partes del mundo, se dice “irse de cáma ras” o “hacer aguas mayores sin querer” (en Venezuela, diríamos “hacerse pupú encima”). No hace falta decir más.

La palabra “compañero/a” también tiene signifi-cados poco conocidos. Lo más común es referirla a una persona que acompaña a otra para algún fin, como los jugadores de un equipo, algo que combina con otra cosa, o una persona que vive con otra en matrimonio. La palabra deriva de “compana”, del latín “companía”, que viene de “cum” (con) y “panis” (pan). Por lo tanto, “compañero/a” es la persona que comparte el pan con otra.

Otra palabra derivada de “companero” es “compañería”, que antiguamente se usaba para designar un burdel o lugar donde se falta al decoro.

Los presidentes han dejado su huella en la historia a través de refranes, dichos y otras palabras que han calado en el pueblo, para bien o para mal. Estas expresiones permiten recordar a estos personajes de manera permanente.

Simón Bolívar, el Libertador, es un ejemplo de ello. Sus palabras se recogen en libros, y muchas de ellas son folklóricas, educativas, proféticas, filosóficas, jocosas o de malestar.

En una carta dirigida al marqués del Toro, Bolívar escribió el 30 de mayo de 1823: “Parece que se ha verificado la fábula de Saturno: La revolución se está comiendo a sus hijos”. ¿Coincidencia? En otra carta, dirigida a su tío Juan Rivas, Bolívar escribió el 8 de octubre de 1812: “Me vería como un hombre indigno, si fuera capaz de asegurar lo que no estoy cierto de cumplir”. ¡Que tomen nota los seudobolivarianos! Bolívar, en una carta al General Bartolomé Salom, escribió el 15 de enero de 1824: “La impunidad de los delitos hace que se cometan más frecuentemente”. En otra carta, dirigida a Sucre el 16 de noviembre de 1824, escribió: “Se debe creer lo contrario de lo que dice el enemigo”. Bolívar también tenía una frase para referirse a algo frágil o débil: “como casabe en caldo caliente”.

Antonio Guzmán Blanco, por su parte, dijo una vez: “Venezuela es como un cuero seco, al pisarlo por un lado se levanta por el otro”. Esto se refería a las constantes revoluciones que se sucedían en su época (años finales del siglo XIX).

Las protestas y manifestaciones que se viven actualmente en Venezuela se deben al incumplimiento de las promesas del gobierno. En 1935, luego de la muerte de Juan Vicente Gómez, el General López Contreras pidió “calma y cordura” ante la convulsa situación del país. Hoy, más que nunca, debemos seguir su ejemplo.

Rómulo Betancourt puso de moda la palabra “sicofante” para referirse a alguien que calumnia a otros. También acuñó el término “hamponducto” para referirse a un lugar donde se llevan a los delincuentes a la cárcel.

Luis Herrera Campíns, el llanerazo, era un hombre de pocas palabras, pero cuando hablaba, sus frases eran contundentes. Por ejemplo, dijo “Tarde piaste pajarito” para referirse a una situación tardía, o “El que no tiene quien lo meza, saca la pata y se mece él mismo” para referirse a alguien que debe arreglárselas por sí mismo.

En este contexto, la frase “Soluciona tu problema como puedas” puede interpretarse como una invitación a los venezolanos a encontrar una solución a la crisis que vive el país.

Al Presidente Chávez se le oyeron variadas expresiones, algunas soeces, que se convirtieron en rutina, como “polvo cósmico”, “vergatario”, “carajo”, “pendejo”, “mier..”, “plasta”. Y la más famosa de todas, ante la ONU: “Aquí huele a azufre”, en alusión al Presidente Busch, a quien asociaba con el diablo. Después: Venezuela es como un cuero seco.